Algo hermoso sucede en el corazón de Dios cuando nos detenemos a invocarle, al llamarle en el limite de nuestra resistencia, entonces, se desata toda la ternura paternal divina, envolviendo nuestro dolor en respuestas poderosas, señales portentosas, compañía gloriosa en las soledades, libertad del dolor y la esclavitud de los conflictos, conoceremos su gloria junto al Padre, nos mostrara su Reino eterno, pleno de salvación para cada momento de nuestra vida.

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